LOS CHIBCHAS.

Ceramica Chibcha, imagen tomada de la web del Museo del Oro Colombia
Ceramica Chibcha, imagen tomada de la web del Museo del Oro Colombia

Cerámica Chibcha, imagen tomada de la web del Museo del Oro, Colombia

División Política de la Sabana.

La llegada de los españoles a la sabana de Bogotá remata el caos en la que esta se encontraba.

Las rebeliones generales y el afán de expansión de territorios tenían en el momento del arribo de los conquistadores convertida la sabana en un mar de confusión, en esos momentos ya se vislumbraba al mando de todos los chibchas al Zipa.

Es incierta la fecha de la creación del Zipazgo a pesar de las fechas que da Fernández de Piedrahíta, pues solo contaba con 3 Zipas a la llegada de los españoles: Saguanmachica, Nemequene y Tisquesusa, los acontecimientos descritos, deja la duda del tiempo transcurrido desde la entronización o rebelión de Saguanmachica como primer Zipa y la llegada de los conquistadores.

Según Rodríguez Freile (al que veremos más delante), el Zipa era en realidad el cacique Bacatá o Bogotá, que tenía el cargo de comandante general de las tropas del cacique de Guatavita, considerado por él el cacique principal de los territorios del sur de la sabana

De la gran contradicción que tiene la crónica sobre la grandeza de Guatavita y de su puesto como regente del sur de la sabana que hoy llamamos de Bogotá, queda a analizar como gran indicio: La intervención del Zaque Ramiriquí en el conflicto Bogotá-Guatavita que se sucede a la entronización de Saguanmachica y produce la muerte de los dos reyes en la primera contienda, la de este primer Zipa y la del Zaque Michua al que sucede Quemuenchatocha, que encuentran los españoles como gobernante en la actual Tunja.

Al heredar Nemequene el nuevo Zipazgo consigue la muerte de Guatavita. Su fin lo precipitó una estrategia de sumisión o control equivocada y fatal que gestó el mismo Guatavita y está descrita por Fray Pedro Simón quien recoge las memorias del Padre Merlano y Fray Pedro de Aguado sin apartarse su versión de la de: Lucas Fernández de Piedrahíta, dice este cronista transcribir los cuadernos del propio conquistador Gonzalo Jiménez de Quesada, en el prólogo de su obra vemos:

...." No fue tan mal afortunada esta inclinación, que no se alentase con otro acaso en que me encontré en una de las librerías de la Corte con el Compendio Historial de las conquistas del Nuevo Reino, que hizo, escribió y remitió á España el Adelantado D. Gonzalo Jiménez de Quesada; pero con tan mala estrella, que por más de ochenta años había pasado por los ultrajes de manuscrito entre el concurso de muchos libros impresos......En cuyo contexto, y con los motivos que llevo expresados, ocupé todos los dias del año sesenta y seis, siguiendo legalmente á la que dejó escrita dicho Adelantado"....

Muerto Guatavita se produce una segunda guerra Zipa-Zaque, Nemequene contra Quemuenchatocha, quien responde a la batalla acompañado por el cacique de Gámeza, el cacique Iraca o Sogamoso y el Tundama o Duitama. En esa batalla muere del Zipa Nemequene.

Que deja a Tisquesusa como heredero. Cuando este se aprestaba a vengar la muerte de su Rey y tío, llegan los españoles a la sabana en los primeros meses del año 1538.

La expansión territorial del Zipa está consignada en las crónicas que hoy todos podemos consultar, el acceso a los libros lo encuentran en el listado general de Menús en: Bibliografía, sección Bibliografía Digital, extracto de estos libros algunos apartes como guía para ilustrar lo descrito:

Sobre el Zipazgo.
Primer Zipa Saguanmachica

Lucas Fernández de Piedrahíta. 1624-1688:....Lo más cierto que se sabe es que lo que los españoles llamaron Bogotá se llamó Bacatá, que quiere decir remate de labranza, y que en los tiempos pasados se poblaron aquellas tierras de tantos Caciques, absoluto cada cual en el dominio de sus vasallos, que más era confusión que grandeza. Y de aquí nació la diferencia de lenguas que usaban en aquel Reino, hasta que el Cacique de Bogotá empezó á dilatar su Estado reduciendo, ya por fuerza de armas, ya por herencia ó rebelion al Rey de Tunja como algunos quieren, los más Cacicazgos á su dominio, y desde aquellos tiempos le intitulan Zipa, que quiere decir Gran Señor;....

"Saguanmachica fue el primero que entre los Caciques de Bogotá, se hizo famoso con la noticia que dio en aquel nuevo mundo de que merecia la corona.......que luego trató de ensanchar su Estado por aquella parte que no le embarazasen las paces que halló asentadas con otros Caciques sus confinantes. Esta había de ser forzosamente la de los Panches, acérrimos enemigos de los Mozcas y la de los Fusagasugaes .... resolvió pasar la conquista de la otra parte de la montaña que divide las provincias de Bogotá y Sutagaos......saliendo al fin de ellos con su gente bien fatigada á las delicias de su Corte, donde en sacrificios y fiestas por la pasada victoria gastó muchos meses mas... como la vecindad del Guatavita se diese por ofendida de la opinión que empezaba á cobrar Saguanmachica, rompió las paces, y por sus Estados, con deseo de ahogarlos entre la inundación de sus escuadras pero el Zipa se hubo tan valerosamente, que despues de una famosa resistencia, juntando más gente, corrió las tierras del Guatavita, hasta que habiéndole roto en dos encuentros, le obligó á pedir socorro á Michua, Rey de Tunja, con quien tenia estrecha confederación. .......El Tunja, entonces empeñado en su ayuda, y desvanecido con la grandeza de sus Estados y el aire de su antiguo linaje, despachó un ministro ó heraldo suyo á citar á Saguanmachica para que pareciese en su Corte á dar razón de las quejas representadas por aquel Cacique; pero el Zipa, mofando de la soñada vanidad del Tunja, maltrató de suerte al ministro en menosprecio de quien lo enviaba, que más empeñado el Tunja con la propia ofensa, juntó ejército de cuarenta mil hombres, y marchando hacia los confines de Bogotá........ y así marchaba aceleradamente mientras el Zipa, usando de toda hostilidad, penetró con sus armas por los Estados del Guatavita, hasta dar vista al Chocontá casi al mismo tiempo que el ejército de Michua, refrescado en tan populosa ciudad, salía de ella, dejándola á sus espaldas para el resguardo de sus tropas. Pero como á breve tiempo reconocidas unas de otras, fuesen atacando la batalla con algunas mangas sobresalientes, se encontraron los ejércitos por tiempo de tres horas con tan fiero estrago de ambos, que en él murieron el uno y otro Príncipe,......

segundo Zipa Nemequene

Muerto Saguanmachica, pasó el Reino al Zipa Nemequene,...

...Ya la experiencia le había enseñado en vida de su tío, que de las invasiones que hacían sus ejércitos contra el Reino de Tunja, se aprovechaban el Ubaque y Guatavita para inquietarles sus tierras, por ser los más interesados en su ruina. Alcanzaba por los sucesos pasados, que no hay empeño en la guerra tan imprudente, como el que se hace dejando enemigos á las espaldas. Del Zipaquirá y Ubaté se hallaba receloso, aunque distante de este último. De los Panches, gente caribe y valiente, se veía su Reino acometido por instantes. Y finalmente, no lo había heredado tan pacífico y seguro, que en la provincia del Fusagasugá se le hubiesen rebelado los Caciques, que poco antes estuvieron sujetos, porque la libertad es muy amable y con cualquier novedad la intentan los más dormidos.

Todas estas consideraciones pudieran enfrenar orgullo que no fuera tan feroz como el de Nemequene; pero como un corazón grande sobresale en las dificultades, ninguna cosa se le representaba imposible á su valor solamente esperar tiempo era el torcedor que más le atormentaba; porque consultados los Uzaques, que son los caballeros más nobles del Reino, se resolvió cuerdo en disciplinar su gente en las fronteras de los Panches con la defensa y en recuperar lo propio, antes de intentar lo ajeno. Tenia por sobrino y heredero á Thysquesusa, mancebo de buenas esperanzas, aunque de natural menos guerrero: sácale de Chía, donde tenía su asistencia, y habiendo llegado á su Corte le nombró General de cuarenta mil hombres, para reducir la provincia de Fusagasugá. .....Pareciere al Zipaquirá que con la ayuda de los Nemzas tenía ocasión de apagar sus recelos metiéndole al Zipa la guerra dentro de su misma casa, mientras tenia divertidas las armas en los Fusagasugaes y Panches......Siguió pues Nemequene el alcance para publicar más entera la victoria; y el acierto de la resolución le puso á los píes todos los Estados de su enemigo. Presídialos con gente suya, y volvió triunfante á Bogotá, á tiempo que Thysquesusa entraba victorioso de los rebeldes.

Bien pudiera el Zipa Nemequene gozar de paz por fruto de sus victorias,... No apartaba de la memoria la empresa de Tunja, ni borraba del corazón la venganza que pretendía tomar de los que persuadieron al Zipaquirá á que rompiese las paces. Hallábase su ejército entero y victorioso como deben tenerlo los príncipes antes de empeñarse en las guerras; y considerando que si primero rompía con el tunjano apartándose de su Reino y dejándole desarmado, daba ocasión para que el Guatavita y Ubaque, príncipes libres y coligados con el Tunja, ejecutasen lo que otras veces, revirtiéndole la guerra por las espaldas;....

Son los Guatavita por la mayor parte plateros de oro, y en este arte reputados por los más sutiles: y como todos los indios de aquel Reino sean inclinados á ídolos, á quienes ofrendan muchas figuras de oro y por otra parte apetezcan joyas para el arreo de sus personas, andaban muchos de esta nación repartidos en todas las provincias, ocupados en labrarlas y adquirir caudal para el propio sustento y de sus familias, sin acudir á las obligaciones debidas a su Cacique según sus leyes. Reconociendo, pues, el Guatavita de cuánto perjuicio era para su Reino la extracción de sus vasallos así por razón de las rentas como de las personas, y discurriendo cómo podría de daño tan considerable sacar mayor provecho, mandó so graves penas que todos se redujesen a sus Estados. Oh! cuántos encontraron la azada donde imaginaron el cetro! Añadió al bando que si algún señor ó príncipe extranjero necesitase de algún artífice de los referidos, diese dos vasallos suyos que le asistiesen en su corte todo el tiempo que el platero estuviese ocupado fuera de sus Estados. Tuvo noticia luego el Zipa del bando del Guatavita, y como lo excedía en el discurrir, dióle por cortada la cabeza en los filos de su codicia. Pidió plateros en muchas ocasiones con disimulo, y daba en cambio de cada uno dos vasallos de los suyos, eligiendo los más valerosos para el efecto, y previniéndolos con secreto para la ocasión que se haría notoria á su tiempo.

.. Hallábase el Guatavita con crecido número de gente en recompensa de los suyos, y sobre el aumento de armas y tributos le rebosaba la jactancia de que los mayores príncipes le daban obediencia, pues le servían como vasallos propios más de tres mil gandules forasteros. Solamente á setenta y dos Jacobitas descalzos hospedaron los Gitanos, y del hospedaje le resultó á Faraón la opresión de su Reino y naufragio de la vida. Eran casi todos los Gandules vasallos del Zipa, y cebado el Guatavita en el interés, no los miraba como interno peligro. Esperaban el aviso de su Rey, y para disimular el trato hacían arte de las sumisiones; y si fuera prudente este Cacique, de los obsequios afectados de los forasteros debía engendrar recelos del trato doble á que tiraban. Bien dispuesta tenia el Zipa la máquina que intentaba, si no reconociera de cuánto inconveniente era para el suceso necesitar de que pasasen sus gentes secretamente por Guasca, lugar distante de Guatavita una legua y de Bogotá doce, y en que el señor ó Cacique era vasallo del Guatavita, poderoso en gente y riquezas, y de quien fiaba la seguridad de su Estado, por ser paso el más inmediato para los designios del Zipa.

La provincia de Guatavita es de las más fértiles y ricas del Nuevo Reino: ninguna le hacia ventaja entonces en gente ni en poblaciones. Dilatábase hasta las fronteras de Turmequé, y era su príncipe ó Cacique tan poderoso, que señoreaba por la una y otra parte del sitio en que tenia su corte todas las tierras, que ocupaban los Quecas y Tocancipá (incluyendo las dos ciudades famosas de Suesca y Chocontá) divididas unas de otras por algunas colinas y montes limpios; y las que habitaban los Gacheta, confinantes con los Teguas de los Llanos y separados de Guatavita por una montaña que se interpone. En esta parte tenia sus salinas, y en el corazón de la provincia estaba la laguna más venerada de su gentilidad (de quien dimos noticias al principio). Romper, pues, el Zipa con guerra descubierta era empresa muy dudosa para sus intentos, así por la defensa, que de suyo tenia la provincia, como por los socorros que no le faltarían de Quinsuinchatecha, Rey de Tunja: con que determinado el Zipa en proseguir sus primeros intentos de que la invasión fuese intempestiva, se valía de confidentes del Cacique de Guasca, y fueron tantas las promesas y dádivas con que lo granjeó, que vino en darle paso libre una noche por sus tierras, y aun le acompañó en el asalto que le dio á su príncipe....

Asegurado el Zipa con la palabra del Cacique se Guasca, pasó sus gentes en lo secreto de una noche, y dada señal con fuegos á los vasallos, que tenía prevenidos en Guatavita, sitiaron el cercado y le asaltaron por diferentes partes los que iban con el Zipa, y á este mismo tiempo los que estaban avisados hicieron más lamentable el estrago, ejecutándolo en los más principales de la corte en que moraban. Su poca: prevención de los vecinos, la confesaron entre el fuego y la espada. Eran los contrarios muchos y crueles, y no fue cobardía librar algunos la seguridad en su fuga: no fue tan dichoso el Guatavita como ellos, porque á manos de sus huéspedes rindió la vida; y su arbitrio le fue cuchillo tan fatal á él como á sus herederos en una noche, y todos sus Estados faltos de dueño con el temor y las noticias del suceso, reconocieron á su mayor enemigo por soberano señor. Este es el fruto de una resolución pensada despacio y ejecutada de priesa. Puso presidios el Zipa de los mejores soldados de su ejército : aseguró las plazas con promesas y dádivas á los cabos, que es el empeño que los conserva más firmes. Nombró por gobernador de todo lo conquistado á un hermano suyo : política la más segura para conservar señoríos acostumbrados á obedecer Reyes, darles para el gobierno personas de calidad que los igualen; porque los súbditos miden el aprecio que su príncipe hace de ellos, por la autoridad del gobernador que les nombra.

Así acabó el dominio del Guatavita príncipe libre, pero no el mayor del Nuevo Reino de Granada, como soñó Juan Rodríguez Freyle en su libro, que intituló del Carnero: debiere de tirar mucho el amor de este Cacique, pues quiere que haya sido vasallo suyo revelado el Zipa: ó lo menos Castellanos, autor antiguo y de crédito, y Herrera en sus Décadas quinta y sexta, tienen lo contrario, y la tradición común con Quesada (que es más que todo) lo contradice.....volvió las armas al Ubaque desamparado ya de los auxiliares. Divide esta provincia de la de Bogotá una cordillera limpia de montaña, aunque de ásperos y pedregosos caminos. Yace ó las espaldas de Santafé, declinando al mediodía ... A esta provincia se entra con dificultad por muy pocas sendas; por las dos de ellas, que fueron la de Chiguachi y la que llaman del Portachuelo, encaminó el Zipa su ejército dividido en dos tropas, y prevenido el Ubaque para la defensa, sacó lo más presto que pudo sus gentes á las fronteras....Seis ó siete meses que ellos cuentan por lunas, se resistieron valerosos los Ubaques á costa de mucha sangre, con que de ambas partes inundaron la tierra; pero siendo tanta la pujanza de los enemigos de Ubaque y disminución de sus gentes en tan prolija guerra consumidas, cedió á la violencia de las armas, y procurando ajustaras con los tiempos (consejeros fieles de un desgraciado) pidió treguas, despachó embajadores, admitió terceros, y comunicados sus intereses, pactó el rendimiento con pocas condiciones.

Las más principales fueron que reconociera sujeción y vasallaje al Zipa como á príncipe soberano suyo y de los demás Caciques de su Estado. Que á voluntad del Zipa se pusiesen presidios en todo él y los visitase cuando fuese su voluntad. Que admitiese por mujeres dos hijas doncellas que tenia el Ubaque, pareciéndole que el tenerlo por yerno haría más tolerable la sujeción, como si ésta fuese capaz de alivio en un ánimo enseñado á imponer leyes. Admitidas las condiciones por el Zipa, recibió por mujer la hija mayor del Ubaque y la otra casó con el hermano. Puso guarniciones en los puestos más necesarios para seguridad de la provincia, y cargado de triunfos y despojos dio vuelta á las delicias de su Reino

....No es posible hacer averiguación de las dilaciones de tiempo que se interpusieron en las conquistas y guerras del Zipa Nemequene, por la poca razón que dan los indios más ancianos en este particular, y así presuponiendo que mediarían los términos necesarios para la prevención de ellas según la calidad de las empresas ó por otros varios accidentes que en todas partes acaecen, no será de reparo escribir continuados los sucesos, siendo verdad que todos ellos sucedieron en tiempo de este Zipa que reinó veinte y cuatro años en Bogotá: y más cuando la poca noticia que se halla de las materias políticas en que se empleaba, no dan lugar á variar con ellas la historia y obligan casi solamente á tratar de las guerras que produjo aquel siglo. Sabe se, pues, que sujetas las provincias de Ubaque y Guatavita, encaminó sus designios contra el Ubaté y Simijaca. tenia escrito el agravio que le hicieron (Incitando al Zipaquirá) en láminas del corazón y no pudieron borrarlo los tiempos divirtiéndole de la venganza que desde entonces había maquinado...se entró el Zipa sin embarazo con todo su ejército por aquella provincia, vanaglorioso de verse señor de la gran población de Ubaté ó Ubaté (como se llama hoy corrupto el vocablo) por ser emporio del Nuevo Reino de Granada, donde concurrían las riquezas de todo él al cambio y seria de unas por otras y de tan crecido número de habitadores que aun hoy se reputa por el mayor pueblo á vista de la ruina de su antigua grandeza. Pasó ó Susa con celeridad, vencida alguna oposición que su Cacique le hizo en Fúquene. No corrió menos áspera fortuna el Simijaca, y confesaron los tres Caciques debajo de un yugo que á los que divide un vano pundonor los une muy de ordinario una infame esclavitud. Puso por términos de su imperio ó Saboya, frontera de los Muzos y rico de despojos con el saco de Ubaté, así de telas de algodón como de joyas preciosas, repartida guarnición en los sitios más fuertes y agregada la provincia á Guatavita (donde su hermano gobernaba como Teniente general de sus armas) dio vuelta ó su corte mientras el tiempo le abría camino para la conquista de Tunja, ó que su mala estrella le guiaba.......Tan grande príncipe como esto era el Tunja en cuanto ó vasallos, y mucho más en riquezas; pero todo este poder de Quinsuinchatecha no era bastante para resistir ó Nemequene si otros Caciques no le daban socorros, como interesados todos en la defensa de nada uno. Era astuto, y fundado en esta razón tan fuerte, despachó embajadores á los Caciques de Gámeza, Sogamoso, Duitama y Sáchica, representándole á cada uno el propio peligro, en caso de que el Zipa le ganase el Reino ó parte de él; pues no contenta su ambición con lo uno ó lo otro (de que tenían sobrada experiencia), había de intentar sucesivamente la ruina de todos para engrandecer más su corona....muere el Zipa...

Concluidas las exequias y reconociendo el GeneraI Saquezazippa con el Estado de los Uzaques, que á Thysquesusa, Cacique de Chía, que había gobernado en ausencia de Nemequene su tío, le pertenecía el reino por sucesión legítima, lo aclamaron luego Zipa.....

El pretendido imperio Chibcha no existía en el momento del descubrimiento de la sabana, la división política que encontraron los conquistadores fueron cinco reinos independientes y autónomos: el Guanentá, el Tundama, el Sogamoso, el Zaque y el Zipa.

En el principio de los tiempos parece que existió la unidad de las tribus de la sabana con un cacique principal: El Ramiriquí, primer nombre y localización del Zaque o gran cacicazgo, que llamaron de Tunja los españoles. (ver Los Tunjas)

Sobre el primer Zaque.

Fernández de Piedrahita Libro segundo Capítulo VI ...De este Hunzahua afirman que dominó todas las tierras de los Mozcas, desde Chicamocha a los Sutagaos y desde las vertientes de los Llanos de San Juan hasta las fronteras de los Panches y Muzos, con toda la tierra de Vélez, gobernándolo en paz y justicia, porque fue buen príncipe; pero añaden una mentira tan descabellada, como decir que vivió doscientos cincuenta años y que de él procedieron todos los reyes de Tunja.

....Y siendo también cierto como lo confiesan Tunjanos y Bogotaes, que la fundación del señorío de Tunja, fue antiquísima, lo cual ninguna de las dos naciones confiesa del Reino de los Zipas....

Fray Pedro de Aguado, Recopilación Historial.

Primera parte, Libro segundo Capítulo tercero.....

....Del pueblo de Cucunubá, pasando adelante y dejando los naturales de él pacíficos, llegó el general con su gente al pueblo de Suesca, que es del señorío de uno de dos poderosos tiranos que en la provincia del Nuevo Reino había; y para que mejor se entienda lo que vamos diciendo, es de saber que en la provincia del Nuevo Reino de Granada, que es la que al presente se va descubriendo, y por do los españoles van entrando, en que se incluyo solamente la gente Mosca, de cuyos naturales está poblada, desde su antigüedad y principio siempre fue poseída de particulares caciques y principales que por pueblos o por valles tenían sujetos así los naturales y casi se gobernaban con quietud, después de lo cual fueron creciendo por vía tiránica las fuerzas de dos de estos caciques y principales de esta provincia del Nuevo Reino, llamados Tunja y Bogotá, cada cual procurando sujetar a sí los otros caciques que en su comarca había. Poco a poco estos dos principales, que estaba el uno del otro veinticinco leguas, se hicieron poderosos en los otros señores, sujetándolos, como he dicho, por fuerza de armas.

En esta sazón que el general entró con su gente en este Nuevo Reino, de quien vamos tratando, estos dos tiranos lo tenían diviso entre si, sujetando y poseyendo el tirano y cacique Bogotá, desde un pueblo llamado Chocontá, hacia la parte del sur, todo lo que hay hasta el pueblo de Guasca, que serán veinte leguas; y el tirano y cacique Tunja poseía, desde el pueblo llamado Turmequé, hacia la parte del norte, todo lo que hay hasta el pueblo de Saboya y Chipatá, y asimismo en esta sazón estaban estos dos tiranos enemistados y llenos de ira y furor el uno contra el otro, sobre ciertas enemistades que poco antes entre ellos se habían fraguado, y cada cual en su territorio aderezaba las ramas y hacía y juntaba grandes municiones y vituallas para hacerse la guerra, convocando sus sujetos a que les siguiesen...

Algunos apartes del Carnero de:

JUAN RODRÍGUEZ FREYLE

Este escrito del año 1636 presenta a Guatavita como señor principal del Sur de la sabana, está basado según lo trata el mismo texto en la relación de " don Juan, Cacique y señor de Guatavita, sobrino de aquel que hallaron los conquistadores en la silla al tiempo que conquistaron este Reino; el cual sucedió luego a su tío y me contó estas antigüedades y las siguientes". en el texto de Freyle no existe cambio de caciques después de que se le subleva el Bogotá a Guatavita, ni la muerte de este, ni del Bogotá o el Tunja.

.....Entre dos cabezas o príncipes estuvo la monarquía de este Reino, si se permite darle este nombre: Guatavita en la jurisdicción de Santafé, y Ramiriquí en la jurisdicción de Tunja ...

....Y volviendo a Guatavita, en quien dejé el señorío, digo que tenía por su teniente y capitán general para lo tocante a la guerra a Bogotá, con título de Cacique Ubaque, el cual siempre que se ofrecía alguna guerra con panches o colimas, sus vecinos, acudía a ella por razón de su oficio.

...Ya queda dicho como Bogotá era teniente y capitán general de Guatavita en lo tocante a la guerra; pues sucedió que los indios de Ubaque, Chipaque, pascas, foscas, Chiguachi, Une, Fusagasugá, y todos los de aquellos valles que caen a las espaldas de la ciudad de Santafé, se habían rebelado contra Guatavita, su señor, negándole la obediencia y tributos....sus mensajeros a Bogotá, su teniente y capitán general,....En cuya conformidad, el teniente Bogotá juntó más de treinta mil indios, y con este ejército pasó la cordillera, entró en el valle y tierra de los rebeldes....El teniente Bogotá con la perseverancia y mucha gente que metió, y con la que cada día le acudía, que el Guatavita no se descuidaba en reforzarle el campo, alcanzó la victoria, sujetó los contrarios, trújeselos a obediencia, cobró los tributos de su señor, y rico y victorioso volviese a su casa ...... y celebrar sus victorias con grandes borracheras, que para ellos ésta era la mayor fiesta; hicieron una muy célebre en el cercado del teniente Bogotá, en la cual, después de bien calientes, comenzaron a levantar su nombre y celebrar sus hazañas aclamándole por señor; diciéndole que él solo había de ser el señor de todo y a quien obedeciesen todos, porque Guatavita sólo servía de estarse en su cercado con sus leguyes, que es lo propio que mancebas, en sus contentos, sin ocuparse en la guerra, y que si él quería, les seria fácil el ponerlo en el trono y señorío de todo.....No faltó quien de la borrachera diese cuenta al Guatavita y lo que en ella había pasado, y señalando (como dicen) con el dedo los que en ella habían hablado con ventaja, ponderándole el alegre semblante con que el Bogotá había oído el ofrecimiento de sus capitanes y soldados, y cómo no le había parecido mal; de todo lo cual el Guatavita se alborotó y al punto mandó a sus capitanes hacer dos mil indios de guerra, que asistiesen a la defensa de su persona, y que estuviesen prevenidos para lo que se ofreciese....Volviese el cacique de Bogotá a su pueblo y casa con esta victoria ganada a tan poca costa, a donde le dejaremos por volver a tratar del cacique Guatavita, y de lo que hizo en su retirada, que a todo esto corría y pasó el año de 1537, cuando nuestros españoles pasaban los trabajos del Río grande de la Magdalena, hasta que llegaron a las lomas de Opón de Vélez, donde los dejé, que corría ya el año de 1538...también envió el Guatavita sus mensajeros al Ramiriquí de Tunja, pidiéndole le ayudase contra el tirano......El Ramiriquí de Tunja juntó muchas gentes, y salió de sus tierras a dar ayuda a Guatavita contra Bogotá.
Corría el año de 1538 cuando se hacían estas prevenciones. de las cuales era sabedor el Bogotá, porque de la frontera que había dejado en el asiento de Si eche, y de las espaldas y corredores que traía, tenía muy ordinarios avisos, con los cuales no se descuidaba, y tenía prevenido un poderoso ejército diestro y con valientes capitanes....Llégale en el mismo año la nueva de cómo salía Guatavita del valle de Gachetá con poderoso campo, y también tenía el aviso de cómo el Ramiriquí de Tunja venia contra él; no desmayó punto por esto, antes, previniendo al enemigo, partió luego con sus gentes a donde tenía sus capitanes en frontera....Su designio era salirle al encuentro al Ramiriquí de Tunja.
Habiendo entrado en el pueblo de Guatavita, hállalo todo sin gente, por haberse huido o retirado toda, así mujeres como niños, viejos y gente inútil; aquí le llegó su escuadrón volante y corredores con dos mensajeros del Ramiriquí, en que por ellos avisaba al Guatavita cómo tenía aviso que por la parte de Vélez habían entrado unas gentes nunca vistas ni conocidas, que tenían muchos pelos en la cara, y que algunos de ellos venían encima de unos aní­males muy grandes, que sabían hablar y daban grandes voces; pero que no entendían lo que decían, y que se iba a poner cobro en sus tierras, que lo pusiese él en las suyas.
Con esta nueva acabó el Bogotá de perder el miedo y temor, enterado de la retirada del Ramiriquí, y que los suyos habían visto volverse; y para enterarse de estas nuevas gentes envió su escuadrón y corredores a la parte de Vélez por donde decían habían entrado; y con esto mandó echar un bando por toda la tierra, de perdón general, y que todos los naturales se volviesen a sus pueblos, que él los ampararía y defendería...
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La llegada de los españoles deshace todos los conflictos y la conveniencia de los conquistadores del momento es presentar un poderoso Imperio en la sabana para separar el territorio de Santa Marta.

Los sacrificios de los pobladores de la sabana de Bogotá.

P.M. Fr. Alonzo de Zamora, primera edic 1901, página 127

.....En en los sacrificios de Papagayos, tenían gasto exorbitante los Moscas, que les compraban, y traían de las tierras cálidas, y había sacrificio en que ofrecían ciento, y doscientos Papagayos, y diez, y doce Guacamayas. Sacrificábanlos en lugar de hombres, y para que suplieran por ellos, los enseñaban a hablar en su lengua; y cuando la hablaban muy bien. los juzgaban dignos del sacrificio. Si los Mexicanos hubieran caído en esta traza, no hubieran consumido tan gran parte de sus Naturales, en la barbaridad y cruel carnicería de los suyos...El sacrificio, que por más de su agrado les había introducido el demonio, era un mancebo natural de un pueblo, que estaba en las vertientes, que tiene la cordillera, hacia los llanos de San Juan….Mojas (así los llamaban)..,en habiéndolo comprado depositaban en una Huaca,(así llamaban a sus templos) hasta que tuviera 15 o diez y seis años....